jueves, 21 de marzo de 2013


Cerámica china en una
antigua casa limeña

En el subsuelo de la casa Bodega y Quadra se halló tres toneladas de objetos de menaje de la dinastía Ming, así como utensilios procedentes de otros países

 

Escribe Juan Carlos Lázaro | Tomado de Integración N° 23. Lima, febrero 2013
 
Un hallazgo arqueológico en el corazón del centro histórico de Lima, a sólo 30 metros de Palacio de Gobierno, ha revelado la presencia de abundantes elementos de la cultura china –especialmente de menaje- en la sociedad peruana de los siglos XVI y XVII. Sobre este hallazgo arqueológico, constituido por tres toneladas de materiales y objetos procedentes de España, México y Panamá, además de China, el cual destaca por su abundancia, se ha levantado el primer museo de sitio colonial de Lima Matropolitana, denominado Casa Bodega y Quadra. Tras su inauguración, el pasado 15 de noviembre del 2012, este lugar se ha convertido en uno de los más interesantes y concurridos por los turistas extranjeros puesto que ahí, además, nació y vivió el limeño que descubriría la isla de Vancouver, en Canadá.
Este museo de sitio se ubica exactamente en la segunda cuadra del jirón Ancash y colinda con la histórica estación ferroviaria de Desamparados, convertida hoy en Casa de la Literatura. Su reconstrucción, en la que se invirtió 3.5 millones de soles, ha sido obra de la Empresa de Inmuebles de Lima. Los trabajos se realizaron entre los años 2011 y 2012 y tuvo al frente a la arquitecta Milagros Vera. El presidente de EMI-LIMA, Carlos Castillo Sánchez, explicó que en la reconstrucción se han seguido los patrones del inmueble original, hecha con ladrillos y adobones de inicios del periodo colonial. En cuanto a los adobones, un material muy escaso actualmente, se contó con una donación del fotógrafo Mario Testino, uno de los primeros admiradores del proyecto.

El nombre de Bodega y Quadra se debe a una de las familias que lo ocupó y cuya celebridad radica en que uno de sus miembros, el navegante Juan Francisco de la Bodega y Quadra, descubrió la isla de Vancouver en 1791, trazó los primeros planos cartográficos de la costa oeste de Norteamérica y fue el primer comerciante de pisco en los Estados Unidos. Juan Francisco nació en Lima y vivió en esa casa hasta los 18 años, cuando viajó a Cádiz, España, de donde procedía su familia. Se hizo marino en San Blas, México.

Pero antes que la familia Bodega y Quadra ocupara ese inmueble, otras familias vivieron ahí, como los Altolaguirre y los De la Cueva. Anteriormente a ellos, ese espacio fue ocupado por un camal que regentaba el Cabildo de Lima. Los constantes terremotos que asolaban la capital del virreinato peruano obligaban a sucesivas reconstrucciones. Los deshechos del desastre servían de relleno de la base del nuevo inmueble. La familia Bodega y Quadra pasó a ocupar el lugar después del histórico terremoto de 1746 que virtualmente no dejó en pie una sola casa de la ciudad.

Según el arqueólogo Miguel Fhon, los hallazgos arqueológicos en esa casa revelan, entre otras cosas, el estilo de vida de la élite aristocrática de la Lima de los siglos XVI, XVII y XVIII, exquisita, de buen gusto, dada al lujo y a la buena vida, que gustaba de los objetos y menaje de factura extranjera y exótica. Se ha hallado abundante porcelana china, mayólica panameña, cerámica sevillana y algo de cerámica pre hispánica no oriunda del lugar.

¿Cómo llegaron a la Lima colonial diferentes objetos de menaje procedentes de un país tan remoto como China? “Mediante el contrabando”, responde Fhon, “el cual siguió la vía náutica Manila (Filipinas), Acapulco (México) y Callao (Perú)”. Y es que entre los siglos XVI y XVII el comercio entre Manila y Acapulco estaba permitido, mas no así con el puerto peruano. Esto se debía al recelo de la corona española con la élite de los colonos limeños, cada vez más poderosa por el oro y la plata del Perú. Ante esta restricción no quedaba otro camino que el contrabando.

La factura de la cerámica china hallada en la casa Bodega y Quadra corresponde a la dinastía Ming, la penúltima dinastía de China que gobernó entre los años de 1368 y 1644, la cual llegó a tener la flota marítima más grande de su época.

 
Arqueología colonial
Investigación estuvo a cargo de arqueólogo tusán
 
Director de investigación arqueológica dentro del proyecto de reconstrucción de la casa Bodega y Quadra, el arquitecto Miguel Fhon tuvo que confrontarse con un hallazgo que lo colocó al frente de los primeros vestigios en el Perú de la presencia de la cultura china, el país de sus ancestros. Fhon nació y estudió en Trujillo. Al comienzo quiso seguir estudios de historia, pero como esta especialidad no se enseña en la universidad de su ciudad natal, optó por la arqueología. Reconoce que la arqueología colonial es un campo prácticamente virgen en el Perú, pese a que este país fue sede del más importante virreinato español en el Nuevo Mundo.

martes, 19 de marzo de 2013

Ernest Mandel, el último gran teórico del marxismo contestatario

 


Este articulo del notable novelista y periodista argentino Osvaldo Soriano (1943-1997) fue publicado originalmente en una contratapa del diario Página/12, poco después de la muerte de Ernest Mandel, ocurrida el 20 de julio de 1995. Publicamos la versión de Página/12 con su título original.

(Desde París).- Hace un par de semanas, cuando me enteré de la muerte de Ernest Mandel, el último gran teórico del marxismo contestatario, no me sentí con suficiente autoridad para escribir un artículo sobre él y su obra. Después, al ver que los diarios lo recordaban como un dinosaurio enterrado hace millones de años, me dije que al menos debía dar cuenta de la noche en que lo conocí en Ixelles, cerca de Bruselas, allá por 1977.

Mandel llegó a ser el trotskista más notorio del mundo, heredó la dirección de la IV Internacional y fue reconocido o negado por los suyos con la terrible virulencia con que suelen hacerlo los seguidores del creador del Ejército Rojo. A los dieciséis años se incorporó a la Resistencia contra los nazis, entró en el socialismo para crearle un ala izquierda y en 1940, el mismo año en que Trotsky fue asesinado en México por orden de Stalin, se incorporó a las filas del internacionalismo. En los años sesenta, publicó un libro de referencia para la discusión de la economía: Tratado de economía marxista. Al poco tiempo lo pusieron preso por agitador y al salir de la cárcel era uno de los intelectuales rojos más temidos de la tierra. Pasó clandestinamente por decenas de países tratando de unir los desgajamientos trotskistas. Quería hacerles entender a sus camaradas que la revolución no estaba a la vuelta de la esquina, que Marx había incluso previsto la eventualidad de una tremenda derrota (pasarán cincuenta, cien, doscientos años antes de que la clase obrera tome conciencia de su explotación), y que el stalinismo era el principal enemigo del célebre "¡Trabajadores del mundo: únanse!".

Su libro más traducido, "La tercera edad del capitalismo", conocido a principios de los años setenta, anticipa la euforia mercantilista del reaganismo, la tristeza del menemismo y unas cuantas cosas más. En 1983, Mandel publicó en Inglaterra, donde sus seguidores eran más numerosos que en otros países, Power and Money, que muchos consideran su obra mayor. En 1987, ya profesor de economía en la Universidad Libre de Bruselas, se dio el gusto de escribir Meurtres esquís (Asesinatos exquisitos), un curioso ensayo sobre la novela negra.

Sus giras clandestinas solían terminar en escándalos: expulsado de Australia, Francia, Alemania, Suiza y naturalmente Estados Unidos, es posible que haya estado de incógnito en la Argentina en tiempos de Frondizi, aunque él se negó a confirmarlo aquella noche en que lo conocí. Eran los días de gloria del general Bussi, del almirante Massera, del antisemita Ramón Camps, en los que mataban o desaparecían gente en montes, ciudades y mares.

Y bien: alguien le pidió a Mandel que explicara cómo podía ser que el Partido Comunista Argentino diera a Videla un "apoyo crítico". Fijamos una fecha en Ixelles y allí acudimos los acusados de montar una campaña antiargentina a escuchar lo que decía Ernest Mandel, sucesor de Trotsky, enemigo de los capitalistas y censor de todos los soviets.

Llegó solo a la reunión, sin custodia ni chicas que le hicieran la corte: dejó unos libros sobre la mesa, limpió los anteojos con un pañuelo de papel, se quitó el sobretodo lustroso, raído, y el echarpe marrón. Enseguida me hizo acordar al profesore socialista que Marcello Mastroianni interpreta en Los compañeros, la película de Monicelli, el expulsado perpetuo, el predicador pesimista. Empezó a hablar y al rato ya se estaba peleando con todos. No decía una sola palabra de las que uno tenía ganas de escuchar, explicaba el mecanismo económico y social que había llevado a la Argentina al desastre desde Uriburu hasta Videla. Nos preguntó qué era de la vida de don Arturo Illia, al que consideraba un gran hombre; preguntó con ansiedad si se había plegado a la aprobación como Balbín y Frondizi o al silencio como tantos otros. Quiso saber de Agustín Tosco y también de los sindicalistas amarillos, que conocía uno por uno. Desmenuzó la lógica del comunismo criollo que se plegaba a las sugerencias de Moscú y por primera vez en mi vida oí a un marxista hablar de la revolución informática y de la manera en que cambiaría al mundo. Dejó que lo insultaran y le dijeran que podía meterse sus libros en el culo. Sonreía con ironía y a veces respondía golpeando la mesa con un puño. Tenía la elegancia del despojamiento, las maneras corteses y virulentas de los revolucionarios del siglo XIX. Aunque pocos como él conocían la marcha del capitalismo posindustrial. La charla, convertida en asamblea, terminó pasada la medianoche.

¿Por qué recordar ahora a un tipo al que Menem le hubiera ganado diez elecciones seguidas? ¿Un profesor al que nadie escuchaba? Porque siempre decía algo que no esperábamos que dijera. Esa noche, militantes uruguayos, alemanes, chilenos y argentinos estaban furiosos contra él. La discusión siguió en los pasillos con un frío inolvidable. Tanto que ni siquiera nevaba. El local, que debía pertenecer a un sindicato, se fue vaciando. No había bares ni cervecerías cerca. Igual, nadie tenía con qué pagarse una comida. Nos quedamos en la vereda, ateridos, Mandel y unos pocos amigos. Recién al rato nos dimos cuenta de que estaba a pie y había perdido el último tren. El autor de Power and Money no tenía coche, custodia ni chofer. Lo que más le preocupaba era encontrar un lugar donde seguir la discusión.

Habíamos llegado en un viejo Citroën con una imposible patente holandesa y nos ofrecimos a llevarlo. Aceptó y ahí nomás salimos a treinta por hora en la helada noche belga, con el profesor más perseguido del mundo sentado en las rodillas. Hablaba castellano con los latinoamericanos, alemán con el que manejaba y portugués con la chica que iba al lado. Ya en Bruselas nos invitó a subir a su departamento. Estaba lleno de libros, en las bibliotecas, en el suelo, sobre la mesa, en el baño, arriba de la heladera, debajo de la pileta y al lado de la cama.

No nos hicimos trotskistas por eso, pero el alemán, que ya lo era, le comió las salchichas que tenía en la heladera y nosotros le tomamos la cerveza y acabamos con el queso. Compré su libro sobre la novela negra en París y me pareció que se le iba la mano con la ideología. Eso es todo. No volví a verlo. Murió en Bruselas de un ataque al corazón a los 73 años. Antes había refutado a los liberales, demostrado las contradicciones de patrones y obreros, pronosticado la caída del imperio soviético y adivinado el fin de la era del trabajo asalariado. "Lo que cuenta -decía- es el conocimiento." Tal vez por eso los medios hablan de él como de un dinosaurio.

lunes, 18 de marzo de 2013

China y Rusia invierten en reservas de oro

y no de dólares

Ambas naciones han expresado su descontento con el hecho de que la divisa norteamericana continúe siendo la moneda de reserva mundial

 
Lima, 18 de marzo de 2013 | Tomado de Oro & Finanzas (de Madrid)
 
Recientemente señalábamos en un articulo que Rusia estaba haciendo acopio de oro de inversión, y que únicamente durante 2012 añadió 3,2 millones de onzas a sus reservas oficiales.
 
Pero el país sobre el que menos información existe sobre sus reservas y compras de oro es China. Nadie conoce a ciencia cierta la cantidad de oro que tiene China, porque no lo publican, pero todos los indicios apuntan al hecho de que al igual que Rusia están acumulando oro por diferentes vías. China en los últimos años no proporciona al FMI las actualizaciones de sus reservas como hacen la gran mayoría de los países. Pero según Zerohedge China posee más oro que las 2.814 toneladas propiedad del FMI y aseguran que en el momento en que el People’s Bank of China (banco central de China) anuncié la actualización de sus reservas oficiales, la cotización del oro en la actualidad alrededor de los 1.500 dólares se convertirá en un lejano recuerdo.
 
China es a día de hoy el mayor productor de oro del mundo y el mayor importador mundial de oro, el gigante asiático parece tener un apetito insaciable por el oro, pero nadie se pone de acuerdo sobre la cantidad exacta de sus reservas. Una estimación reciente señala que podrían ascender a 7.000 toneladas, pero únicamente se trata de rumores sin confirmación oficial.
 
Tanto Rusia como China son naciones que han expresado su descontento con el hecho de que el dólar continúe siendo la moneda de reserva mundial, los líderes de ambas naciones han sugerido en muchas ocasiones la posibilidad de adoptar una nueva moneda de reserva internacional, pero hasta el momento no han surgido verdaderos contendientes para destronar al dólar estadounidense que continúa dominando el comercio internacional.
 
Michael Snyder de The Economic Collapse Blog plantea que Rusia y China tienen una enorme influencia en el sector energético y que se podrían agrupar con un grupo de naciones productoras de petróleo de Oriente Medio y decidir crear un sistema donde el petróleo se cotice en oro. Rusia y China se beneficiarían de esta forma de un cambio de sistema de petro/dólares a petro/oro. Rusia es el mayor exportador de petróleo del mundo, y China el segundo mayor consumidor mundial de petróleo y en la actualidad importa mas petróleo de Arabia Saudí que los EEUU.
 
Snyder se pregunta si tiene sentido que ambas naciones se mantengan sujetas a un sistema que les obliga a utilizar dólares estadounidenses para todas sus transacciones y asegura que si se rompiera el status quo el sistema financiero de EE.UU. se desmoronaría y ya no sería capaz de exportar inflación al resto del mundo y los precios se dispararían de una manera espectacular.
 
© OroyFinanzas.com | Madrid, 15 de febrero 2013 | Fuente: theeconomiccollapseblog.com