viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Debe ser revocada la
alcaldesa Susana Villarán?

En torno de ella se enfrentan derecha e izquierda, como si el fondo o la base del problema en que se halla fuera de orden ideológico.



Por Juan Carlos Lázaro | Lima, Perú


La alcaldesa de Lima Susana Villarán ha sido colocada en el centro de un debate verdaderamente cavernario y absurdo.

Estrictamente hablando, es un falso debate.

En torno de ella se enfrentan derecha e izquierda, como si el fondo o la base del problema en el  que se halla la alcaldesa fuera de orden ideológico.

De cerca o de lejos es evidente que a las dos partes en contienda solo les anima intereses políticos, sectarios, de cofradías.

De ninguna manera les preocupa la ciudad, ni su administración, ni el bienestar de su vecindario y de sus usuarios tal como se desprende de sus grotescas pullas lanzadas mediante la prensa y las redes sociales.

Porque está claro que a un año de haber asumido la administración de Lima–una urbe de aproximadamente ocho millones de habitantes–, el balance de la gestión Villarán deja mucho que desear. Sobre todo en planes, más que en obras.

Un año es un plazo realmente breve para exigirle obras completas, consumadas, a una administración edil.

El verdadero problema de la alcadesa Villarán es que en un año su gestión no ha conseguido mostrar un plan coherente y de conjunto para solucionar los problemas más vitales de la ciudad y tampoco ha expresado señales de capacidad ejecutora.

Estas deficiencias, sin embargo, de ninguna manera constituyen motivo de fondo para pedir la revocatoria de su cargo como ya lo promueve un sector político.

Susana Villarán, que ganó la alcaldía liderando un colectivo de izquierda denominado Fuerza Social, ejerce legal y legítimamente su cargo y no ha incurrido –al menos hasta donde se sabe– en delito grave de función como para pedir su revocatoria.

A quienes promueven su defenestración de la alcaldía no los mueve sino un afán de venganza política, de obstruccionismo y, sobre todo, de descalificar a la izquierda en todo orden de cosas.

En la otra orilla, una izquierda mediática y agresiva pretende convertir las deficiencias de Villarán en virtudes, y acomete la defensa de su fallida administración identificándola con la defensa de la democracia.

Es verdaderamente grotesco, de una descomunal irracionalidad, el fuego cruzado entre las partes que atacan y defienden a la alcaldesa de Lima. Es un duelo a chavetazos, aunque virtual, entre la “derecha bruta y achorada” y la “izquierda inepta y estúpida”.

Ambas partes olvidan de plano que una gestión edil no es un tema ideológico, sino netamente administrativo. Que una buena o mala administración edil no es consecuencia de ser de izquierda o de derecha, sino de eficiencia o de ineptitud.

De tal manera que en estos días la comunidad capitalina soporta lo que, según frase del genial Shakespeare, parece “un cuento de locos narrado por un idiota”.

No se requiere mayor esfuerzo de perspectiva para advertir que una hipotética revocatoria de Villarán no solucionaría absolutamente nada. Solo sería una sanción política para beneplácito de sus enemigos políticos. Pero esa revocatoria podría empeorar aún más las cosas para Lima.

Por esto, en bien de la ciudad, Villarán debe enmendar rumbos urgentemente.

Tiene por delante tres valiosos años para revertir la negativa tendencia de su gestión. Tres valiosos años para hacer obra y convertir a Lima en una ciudad ordenada, segura y limpia. Es lo menos que el vecindario le pide a una administración edil, sea ésta de izquierda o de derecha.

Para empezar, que haga oídos sordos ante esa derecha egoista que busca entramparla y esa izquierda obtusa que se coloca de espaldas a los hechos.

Y que ojalá la humildad ilumine a la alcaldesa. Que entienda -si mañana la revocatoria no prospera- que ello ha sucedido así no porque Lima la respalda o la aprueba, sino porque, como ciudad emblemática de todos los peruanos, simplemente ha decidido darse una segunda oportunidad a sí misma.

martes, 27 de diciembre de 2011

El optimista latino


Quebramos el pesimismo actual acerca de la economía mundial para ofrecer una palabra sobre el progreso. En América Latina y el Caribe, la porción de la población que vive en la pobreza cayó considerablemente desde 1990 a 2010, de un 48,4 por ciento al 31,4 por ciento, según un nuevo informe de las Naciones Unidas. Y esto ocurrió cuando la población ha crecido desde 440,7 hasta los 582 millones.

Tomado de The Washington Post (Washington, diciembre 2011)

La noticia sobre la tasa de pobreza extrema es aún mejor: cayó del 22,6 por ciento en 1990 a 12.3 por ciento el año pasado. Esto significa que América Latina casi ha alcanzado el objetivo, fijado por las Naciones Unidas en 2000, de reducir la pobreza extrema a la mitad de  la tasa de 1990 de aquí a 2015. Y hay más: la distribución de los ingresos notoriamente desigual de América Latina es cada vez menor. El informe de la ONU, preparado por la Comisión Económica para América Latina en Santiago de Chile, sugiere que el coeficiente  Gini, una medida ampliamente utilizada de desigualdad, ha disminuido constantemente en diez  países latinoamericanos en la última década.

¿Qué fue bien? América Latina sufrió una “década perdida” de lento crecimiento durante la década de 1980, como consecuencia de que la pobreza y la desigualdad aumentaba. Esa caída profunda fue el  resultado de una anterior serie de crecimiento artificial alimentado por la deuda. Pero las reformas estructurales que han promulgado los países, como el alivio  del precio de la deuda, con el tiempo, dio sus frutos de manera duradera, y una prosperidad más extendida. A ello ayudó también el libre comercio entre los países latinos y entre América Latina y los Estados Unidos.

Los gobiernos de la región aumentaron  el gasto en salud, educación y beneficios sociales,  y aplicaron estos recursos más eficientemente para los más necesitados. Una mejor educación, atención sanitaria a las mujeres en toda la región,  junto con más libertad y democracia, (excepto en Cuba, Venezuela y sus afines), contribuyeron a disminuir los índices de fertilidad. Esto habilitó mujeres para ganar más, y a las familias para dedicar más tiempo y recursos a cada uno de sus niños.

Los resultados han sido más dramáticos en la nación latinoamericana más grande, Brasil, que es ahora tan próspero que es considerado como rescatador de Europa. Entre 2003 y 2009, la participación de la población de Brasil que vivía con dos dólares al día o menos cayó del 22 por ciento al 7 por ciento, según el Banco Mundial, cuyos préstamos han mantenido los programas antipobreza de Brasil.

Pero el segundo país más grande, México, también ha superado una recesión aguda en 2009; Wells Fargo Securities Economic Group prevé que la economía de México crecerá 4,3 por ciento en 2012 —el doble del índice previsto para EE.UU—. La desigualdad también  se ha paliado allí. Muy de notar, México, como otro amigo de EE.UU., Colombia, mantuvo el crecimiento de su economía  a pesar de la lucha contra la violencia relacionada con el narcotráfico.

Evidentemente todo no es perfecto en Latinoamérica. Cuba todavía está estancada,  y Venezuela, bajo  Hugo Chávez, está marcada por la delincuencia y la inflación. Los millones de hispanoamericanos ocupados en la agricultura y  el trabajo urbano informal aún tienen que acceder a los beneficios del crecimiento. Algunos países latinos continúan dependiendo de los  precios de las materias primas; el frenesí de compras de materias primas de China los ha sostenido, pero seguramente esto no puede durar para  siempre.

Pero las tendencias básicas son positivas — mucho más de lo que muchos habrían pronosticado basándose en el apuro regional del final de los ochenta.  Latinoamérica está cosechando los frutos de  la reforma, la apertura  y el trabajo duro. Toda una lección para el mundo entero.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Lima pierde valor y belleza por
incompetencia de sus autoridades
Impactante denuncia de una veeduría de la Contraloría General de la República

Por Juan Carlos Lázaro | Lima, Perú
Una veeduría del departamento de Medio Ambiente y Patrimonio Cultural de la Contraloría General de la República, cuyo informe fue difundido hoy, advirtió que el Centro Histórico de Lima se encuentra en situación de vulnerabilidad y su valor urbano y arquitectónico se está perdiendo por causa de una débil y limitada administración de sus autoridades.
“Esa vulnerabilidad podría ocasionar la destrucción de la armonía arquitectónica y, con ello, la pérdida de su valor histórico”, señaló la veeduría, la cual también alcanzó a las ciudades de Arequipa y Cusco, poseedoras de importante patrimonio histórico y cultural.
Mediante el informe se denuncia que la Municipalidad de Lima otorga licencias de funcionamiento sin opinión previa de una comisión técnica, “lo cual genera el riesgo de que se apruebe algún proyecto o intervención a un inmueble que termine impactando sobre los ambientes arquitectónicos monumentales que deben ser protegidos”.
Se cita como ejemplo de esta situación el caso de las imprentas que operan en el centro de la capital, “las cuales emiten sonidos y vibraciones que afectan las frágiles construcciones de los inmuebles considerados monumentos”, entre los que están la Casa Barbieri, el Palacio de Osambela, la Quinta de las Trece Columnas y muchos otros.
“Muchos de los inmuebles y monumentos se encuentran en una situación ruinosa, con alteraciones estructurales, y son usados para fines diferentes de su naturaleza cultural. Esto afecta el paisaje arquitectónico y el valor cultural que se tomó en cuenta para que sean declarados Patrimonio Mundial por la Unesco”, se indica.
Además en el informe se señala como un agravante que “un número importante de estos inmuebles no tiene protección legal, al no estar inscritos en Registros Públicos, requisito indispensable para el ejercicio de su defensa legal en caso de eventuales daños o atentados”.
La veeduría de la Contraloría señala que el municipio capitalino carece de una política en materia cultural que asegure una relación de mutuo beneficio entre el desarrollo local y la preservación, protección y promoción de los bienes culturales mediante un aprovechamiento sostenible.
Otra deficiencia a resaltar es que el Centro Histórico de Lima no cuenta con un plan maestro actualizado que indique los objetivos, metas, proyectos, políticas y responsabilidades con el fin de asegurar la preservación, restauración, defensa, promoción y desarrollo local del patrimonio, según el informe.
“Para la gestión del Centro Histórico de Lima –acusa la Contraloría- se usan documentos desfasados, con varios años de antigüedad”, y advierte oportunamente que el municipio capitalino no cuenta con planes de contingencia que permitan salvaguardar el patrimonio cultural frente a un embate de la naturaleza.
Sin embargo, también reconoce, a diferencia de Cusco y Arequipa, solo Lima posee un inventario y catastro actualizados de los bienes inmuebles de su centro histórico.
Finalmente, la Contraloría recomienda la coordinación de esfuerzos entre las autoridades locales y regionales con el Ministerio de Cultura y sus respectivas direcciones con el fin de promover y elaborar un plan de manejo integrado y articulado que permita salvaguardar el patrimonio arquitectónico y cultural de estas ciudades.
Cotler: pacto con el fujimorismo
dividiría más a los peruanos
Reveladoras declaraciones sobre los más urticantes temas que actualmente agitan el panorama político nacional 


Julio Cotler, actualmente uno de los más importantes estudiosos del proceso político peruano, autor de una obra clásica en su especialidad como Clases, Estado y Nación en el Perú, advirtió hoy que el nuevo gabinete Valdés, plagado de incoherencias, será más de lo mismo respecto al cesado gabinete Lerner. Sostiene, asimismo, que un pacto entre la representación política del gobierno del presidente Ollanta Humala y el fujimorismo generaría más división entre los peruanos, además de la repulsa contra el primero. También considera que los partidos políticos peruanos “son cadáveres” desde hace mucho tiempo, incluido el APRA, considerado antes ejemplo de organización política en Latinoamérica.

Cotler vertió estos conceptos mediante una entrevista que concedió al periodista Enrique Castillo, conductor del programa ADN Político.

-ENRIQUE CASTILLO: ¿Le ha decepcionado o le entusiasma Ollanta Humala  este 25 de diciembre?
Nunca estuve entusiasmado, así que tampoco me ha decepcionado. De todas maneras, yo no creía que tan velozmente íbamos a ver una persona con tan pocos reflejos políticos.
–¿Cree que son pocos reflejos políticos o, como dicen muchos, que pragmáticamente ha encontrado la manera de posicionarse en un espacio que lo ayuda a mantener el modelo macroeconómico y llevarse bien con los inversionistas?
Si es que eso es pragmatismo, olvidarse de los 7 mil campesinos de Conga es un pragmatismo muy parcializado. El problema es cómo va a funcionar en el futuro cuando los conflictos se multipliquen cada vez más. Llevarse bien con los sectores productivos y empresariales es correcto, pero también tiene que pensar cómo llevarse bien con obreros, campesinos, estudiantes, profesor, médicos y enfermeras.
-¿Ollanta Humala traicionó a sus electores?
No creo que sea la palabra traicionar. En la política una persona promete en las elecciones y después en la realidad tiene que ver de qué manera se maneja. Pensar en que va a poder satisfacer a todos es un contrasentido.
–¿Cómo podemos mirar el futuro inmediato a través del gabinete Valdés y qué nos deja el gabinete Lerner?
El gabinete Lerner se estancó por ser bastante inconsistente, porque hubo varias contradicciones personales. Y lo que se viene ahora es que va a seguir siendo un poco lo mismo.
-¿Por incoherencias?
Claro, porque no parten de todas las personas que están ahí, que son reclutadas en el camino, con las cuales no tienen una trayectoria común, un pensamiento común, un proyecto común. Va a ser muy difícil que lleguen a tener un proyecto de carácter consistente. De hecho, creo que de acuerdo con lo que hemos escuchado hay más de un ministro que debe sentirse incómodo.
-¿Se refiere al canciller?
Claro, después de esas declaraciones sorprendentes del primer ministro sobre Chile, no sé qué actitud va a tomar el canciller. Pero partamos de una situación que no hay partidos políticos y las estructuras burocráticas son muy pobres, débiles e ineficientes. En esas condiciones este gobierno y lo que venga tienen que ir recogiendo gente más o menos por afinidades personales o recomendaciones de las personas alrededor del gobierno. Con eso, crear una política suficientemente consistente es difícil.
–¿La hoja de ruta es un programa de gobierno?
No, es un programa de intenciones. Puede ser de muy buenas intenciones, el problema es cómo se aplica, sobre todo cuando hay una cantidad de intereses legítimos o ilegítimos que quieren entrar a las mesas de negociaciones.
–¿Es posible una mesa de negociaciones con un ambiente como este?
De ser posible es posible, el problema es que si puede llevarlo con tres personas que están dedicadas a conflictos en la Presidencia del Consejo de Ministros. Va a ser un poco difícil.
–¿Esta hoja de ruta es garantía de buen gobierno?
Si hay alguien que ha hecho la gran transformación es Ollanta Humala.
–¿Él se ha transformado?
Es la gran transformación. Acuérdese de que en diez años él ha pasado del racismo xenófobo más nazi, propio de su familia, al chavismo del 2006 y al lulismo del 2011. Y vamos a ver qué nos depara el futuro inmediato. Humala tiene una gran capacidad de transformarse.
–¿Esto nos da la posibilidad de un gobernante que se adapte a la realidad y que pueda llevar bien su gobierno, o un gobernante con poca sustancia?
Depende con quién se junte. Es todavía prematuro decir que se ha derechizado, que hay una militarización. No quiero creer por razones políticas que se militariza el gobierno, porque hoy por hoy sería un absurdo que no tiene límites. Si se va a derechizar, vamos a ver qué quiere decir derechizarse. Ha hablado mucho de la inclusión social, vamos a ver cuáles son los límites de la inclusión social o cuáles son las dimensiones de la inclusión social.
–De repente no es el término militarización sino un rasgo autoritario. ¿Hay un rasgo autoritario en el gabinete?
Usted puede decir que hay personas que tienen unos orígenes y unas trayectorias proclives al autoritarismo. De allí no veo todavía un componente autoritario. La gente se está adelantando mucho.
–¿No hay con Adrián Villafuerte el riesgo de una cúpula que pueda cercar al Presidente y mantenerlo preso de ciertas acciones políticas?
Sí, como le digo, si no hay partidos políticos durante los cinco años que han pasado. No hizo ni quiso hacer partido político; quiso tener un grupo de personas que lo seguían, entonces tiene que juntarse con las personas más afines: sean amigos, compañeros, profesionales, del barrio o familiares. De ahí veremos cómo este conjunto de personas influyen en su comportamiento.
–¿Políticamente se juntará con el fujimorismo? ¿Sería una buena alianza para el país?
Para mí todo lo que suene o huela a fujimorismo me resulta repulsivo. Es lo peor que ha tenido el país. Juntarse con esa gente es signo de la más abyecta corrupción y no tener límites en cuanto a los tratamientos de derechos humanos.
-¿No le daría a usted la sensación de pragmatismo real?
Sí, pero este pragmatismo que lo lleva al país a olvidarse de valores y proyectarse como les dé la gana para lograr sus fines particulares con lo cual caemos en lo mismo.
–¿El indulto a Fujimori qué significaría para el país?
Un nuevo motivo de división política, un nuevo motivo de repulsa al gobierno, de rechazar completamente al Estado.
–¿Esa sí sería una traición?
Yo no sé hasta qué punto él ha jurado fervorosamente ser democrático y defender los derechos humanos.
-¿Los partidos son moribundos o cadáveres?
Hace mucho son cadáveres.
-¿Incluido el Apra?
Por supuesto.
-¿A pesar de la vigencia de Alan García?
Usted puede tener la vigencia de Toledo y Fujimori. Siempre va a tener redentores. Pero organizaciones políticas con plataformas organizadas, con miembros que acudan y tengan un proyecto político, en el Perú hace rato que no tenemos. Se habla de las izquierdas, pero son individuos, como tampoco existe una organización de derecha. El PPC no representa nada. La Sociedad Nacional de Minería y la de Industria son más importantes que todos los partidos políticos juntos.
-El 2016, ¿Humala se reelegirá o Nadine postulará?
Me parece tan increíblemente prematuro que a los cinco meses de gobierno se piense qué ocurrirá en el 2016, cuando de por medio hay una crisis mundial y la conflictividad se va a intensificar.
-Tanto Chile como Perú han tenido expresiones curiosas y se han acusado mutuamente de generar polémica y de no respetar los fallos. ¿Ve un enfrentamiento?
Es lo que la gente teme. De Chile a Perú y de Perú a Chile. No hay indicios pero hay gente que piensa que una situación de lío de fronteras en 24 horas puede congelar mucho la relación.
-¿Las declaraciones de Valdés generan desconfianza?
Claro. No sé en qué plano se queda el canciller pero me pareció tan insólito lanzarse así cuando Piñera y Humala han declarado públicamente que van a reconocer y respetar los fallos de La Haya, y obviamente el ministro de Defensa le echa la tablita para que la pise el Perú. Tan poco sentido de la política internacional tiene el primer ministro para caer en la tentación. Muy ridículo.