El talón de Aquiles de Humala
En la base del problema de la inseguridad ciudadana está la corrupción que corroe diferentes instancias de la Policía Nacional y de otras instituciones públicas
Escribe Juan Carlos Lázaro | Lima, 27 de febrero de 2013 | Opinión
La inseguridad ciudadana es el talón de Aquiles del gobierno del presidente Ollanta Humala así como de la gestión de la alcaldesa de Lima Susana Villarán. Señalo este hecho al margen de la campaña por la revocatoria municipal. Ambos conquistaron sus respectivos sillones de mando prometiendo resolver este grave problema que afecta a todo el Perú. Una vez en el ejercicio de sus cargos demostraron que no entendían absolutamente el problema y, más aún, no han hecho prácticamente nada para resolverlo. El presidente se colocó al frente de un consejo especial y obligó a los policías dejar los escritorios para salir a resguardar el orden en las calles. Fue flor de un día. Villarán, por su parte, habló de comprar los días francos de los policías que ahora nadie ve en la ciudad (salvo en las puertas de los casinos). Lo objetivo y real es que el crimen organizado se ha expandido, amenaza con minar los esfuerzos por el crecimiento económico del país, y mantiene en zozobra a la población.
El analista en temas de Seguridad, Carlos Basombrío, ha lanzado una propuesta con carácter de urgencia: conformar una comisión de cinco expertos que trabajen en la elaboración de un plan de seguridad ciudadana, que ese plan sea entregado en un plazo de 60 días, y que el trabajo de los comisionados sea ad honorem. Propuesta inteligente y necesaria. La acojo y propongo como integrantes de esa comisión al general PNP Marco Miyashiro, a los analistas Fernando Rospigliosi y Gino Costa, al congresista Carlos Bruce y al doctor Enrique Mendoza, presidente del Poder Judicial. En otra nota puedo explicar los fundamentos para mi elección de cada uno de estos personajes. Algo más: el principio del trabajo de esta comisión debe ser el entendimiento que el problema de la inseguridad ciudadana en el Perú tiene en la base la corrupción que corroe a diferentes instancias de la Policía Nacional y de otras instituciones públicas, infiltrados por el crimen organizado. La tarea, por consiguiente, tiene que empezar por la limpieza de todas esas ratoneras. De lo contrario, una vez más, no pasará nada.
¿Lo entenderá así el presidente Humala?
No hay comentarios:
Publicar un comentario